El artista hace
visibles las condiciones sociales, el hacker señala las debilidades del
sistema. El hacker muestra las heridas abiertas de las máquinas, o del mundo
del ordenador, haciendo patente que todo lo que consigue una máquina, también
puede ser anulado por ella misma.
Desde los primeros tiempos del net. Art existe una
estrecha conexión entre la actividad creativa y la de hacker. En la
confrontación artística con el entorno de internet, la distancia que media
entre la intervención en las estructuras establecidas y su modificación es muy
pequeña. El hacktivismo representa un aspecto parcial del net.art, pero es tan
significativo en la historia del arte digital, que el tema, por sí mismo,
merece un capítulo propio.
Esto se hace patente en muchos de los trucos que se
utilizan en la red, como, por ejemplo, los implementados para conseguir la
primera posición en el ranking del buscador Google. Este tipo de mecanismos da
origen a una reacción opuesta. Al contrario que los hackers, que tienen como propósito,
por ejemplo, acceder a información privada o irrumpir en páginas web
protegidas, los artistas pretender con sus acciones crear una conciencia más
abierta y cuestionar reglas establecidas que consideran rígidas. El
enfrentamiento con las relaciones de poder de carácter económico y político es
un objetivo central para el hacktivismo. Algunos artistas, rozando los límites
de la legalidad, desafían las estructuras de poder y rompen con las nuevas
reglas de comportamiento de la World Wide Web.
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